La estética actual, donde predomina la preocupación y el consiguiente cuidado corporal, hace que se manifieste en la población una preocupación por algunos defectos, los cuales pueden llegar a ocasionar verdaderos problemas psíquicos.
Uno de estos problemas lo constituyen las estrías, de progresiva consulta en dermatólogos y de cualquier gabinete de estética. En un principio fue tan sólo una preocupación de las mujeres en estado de gestación, siendo en la actualidad motivo de consulta de numerosos jóvenes que practican deportes duros, dietas de adelgazamiento, etc., y que demandan información para su prevención y tratamiento.
Las estrías son lesiones lineales y circunscritas de la piel, de longitud variable, de 0,5-10 cm. de una anchura no superior a 5 mm.
La epidermis aparece ligeramente aplanada, adelgazada, con una superficie lisa y brillante, sin vello. El tejido conjuntivo de la dermis presenta haces de fibras colágenas dispuestas longitudinalmente y paralelas a la piel. Las fibras elásticas se presentan en una primera fase adelgazadas y alargadas, mientras que en estados más avanzados sufren graves alteraciones degenerativas, llegando incluso a desaparecer por completo en algunas zonas.
Estos cambios histológicos se traducen en lesiones atróficas cutáneas lineales, generalmente onduladas y paralelas, muy visibles por el adelgazamiento y hundimiento de la epidermis y por el color violáceo, en un principio, y rosado o nacarado posteriormente.
Su distribución sigue las líneas de plegamiento de la piel, es decir, las estrías son perpendiculares al eje mayor de tracción.
Su localización predilecta es de mayor a menor frecuencia: abdomen, flancos, glúteos, muslos, región mamaria, región lumbar, brazos y piernas.
Aparecen en los dos sexos, aunque con mayor frecuencia en las mujeres y en especial en dos etapas bien diferenciadas de la vida: la pubertad y el embarazo (entre el 6° y 8° mes). Las estrías cutáneas son en la actualidad un problema generalizado de ambos sexos, recibiendo distintas denominaciones para su diferenciación:
— Estrías de distensión, son más frecuentes en las personas obesas sujetas a un tratamiento de adelgazamiento o motivado por determinadas enfermedades (diabetes HTA, enfermedad de Cushing, etc.), infecciones en tratamientos a dosis altas de corticoides, vía general o local.
En la obesidad el aumento de la actividad adrenocortical es la consecuencia de la obesidad, con la disminución de peso los glucocorticoides vuelven a ser normales.
— Estrías atróficas son las que padecen los atletas y deportistas que practican deportes duros con severos entrenamientos.
— Estrías de gravidez son las que padecen las mujeres embarazada, las estrías son la consecuencia por un lado, de los cambios hormonales que en ellas se producen debido a su estado y, por otro, de la constante distensión a la que se ve sometida la piel del vientre y pechos durante los meses de gestación.
ETIOLOGIA
Está totalmente admitido que las estrías no se forman exclusivamente como consecuencia de una dilatación de la piel (embarazo, obesidad) sino que intervienen en su génesis factores hormonales.
La piel pierde su elasticidad natural por rotura de sus fibras elásticas y de colágeno, todo ello se considera como un trastorno endocrino de origen suprarrenal donde se evidencia una hiperfunción corticosuprarrenal: Glucocorticoidea y mineral corticoidea.
Esta hiperfunción provocará un aumento en el nivel de corticoide lo que es observado en estados de gravidez, obesidad, deporte duro, pubertad o determinadas enfermedades.
Hiperfunción glucocorticoidea.
A través de la cortisona el metabolismo de los glúcidos aumenta (glucogénesis) el de los lípidos (lipolisis) y prótidos (proteolisis).
La glucogénesis provoca cierto grado de hiperglucemia y de glucosuria originando una capacidad energética disminuida con reducción del metabolismo dérmico, que afecta negativamente a la actividad de síntesis de fibroblastos.
La proteolisis aumentada dificulta la cicatrización de las heridas y disminuye la síntesis de fibroblastos.
La lipolisis aumentada puede provocar acné y seborrea. Se observa movilización del tejido adiposo subcutáneo, lo que provoca cierto grado de flacidez.
Hiperfunción mineral corticoidea
Provoca una retención de sodio, excreción de calcio y, todo ello, un cierto edema de la dermis y laxitud
La disminución de fibroblastos y la capacidad energética y nutritiva provoca una pérdida del metabolismo y de la mitosis en el estrato germinativo, con rotura de fibras de colágeno y elastina del tejido conjuntivo, que se encuentran retraídas a nivel de la lesión. Todo ello se traduce por una superficie que pierde su opacidad modificando su coloración, un estrato granuloso y espinoso adelgazado, una hendidura en la conjuntiva con un tejido graso menos compacto, es decir, la aparición de las temidas estrías.
TRATAMIENTO
Primordialmente las estrías requieren un tratamiento preventivo ya que tanto las producidas durante el embarazo por variaciones de peso, deportistas, o tipo medicamentoso, metabólico, etc., una vez formadas tienen difícil solución, tan sólo conseguir que sean menos visibles.
Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la prevención, razón por la cual en la actualidad y, por consejo médico, ha aumentado la utilización de productos antiestrías durante el embarazo y en dietas de adelgazamiento, evitando así su aparición y el aspecto antiestético que comporta.
Las estrías de origen medicamentoso podemos tratar de prevenirlas, evitando tratamientos prolongados de corticoides a dosis elevadas.
Por otra parte, en el embarazo y dietas de adelgazamiento o en cualquiera de las situaciones con posibilidades de aparición de estrías trataremos de prevenirlas con la aplicación de cremas compuestas con principios activos que han demostrado su eficacia confiriendo a la piel mayor resistencia ante las agresiones hormonales y de distensión que va a sufrir.
En primer lugar, es importante mantener una buena hidratación de la piel con emolientes, acompañada de masaje en las partes del cuerpo propensas a la aparición de estrías, así mejorará la elasticidad y vascularización de la zona, estimulando la síntesis de tejidó fibroso.
Reforzar la producción de fibroblastos por aumento del anabolismo, activando el sistema enzimático de síntesis de aminoácidos constituyentes de las fibras elásticas, incrementando así la actividad de los fibroblastos.
Existen diversos principios activos considerados estimulantes del anabolismo de los fibroblastos dérmicos, entre ellos destacan:
—Soluciones de extractos vegetales muy purificados y químicamente estables destaca el de Centella Asiática que con un elevado contenido en asiaticósidos actúan aumentando la vascularización del tejido conjuntivo, activan el anabolismo tisular, por lo que aumenta la síntesis proteica, todo ello le confiere propiedades cicatrizantes, bioestimulantes y antiinflamatorias.
—Colágeno y elastina como aporte de elementos plásticos y aceite de germen de trigo, rico en vitamina E, que colabora en la utilización del oxígeno en el proceso metabólico y posibilita el proceso anabólico inducido por el extracto de Centella Asiática.
—Aceite de vaselina, los alcoholes de lanolina, la glicerina, el oleato de decilo, ácido linoleico y linolénico, extractos tisulares etc., pueden completar diferentes formulaciones existentes en el mercado.
Es importante señalar la correcta utilización de los preparados que, como hemos referido, es aconsejable aplicar siempre con un prolongado masaje de la zona, lo que aumentará la microcirculación local, con un aporte de climentos plásticos e hídricos del propio organismo. Se aplicarán dos veces al día en las zonas donde haya una propensión a la formación de estrías y, a partir de los tres meses, en gestantes y siempre previa consulta médica.
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